La Historia de la Cosmetología
La palabra cosmetología proviene del griego Kosmetos que significa belleza y logos
que significa tratado. Las primeras referencias de la historia está
asociada con la medicina y las prácticas religiosas o simplemente a la
higiene y el embellecimiento, finalidades actuales.
En tiempos prehistóricos los primeros humanos utilizaron materiales
de plantas, animales o minerales, como lo demuestran los pequeños
contenedores de huesos vaciados que han sido encontrados con pastas
coloreadas hechas de grasas y óxidos de hierro o magnesio. Minerales
rojos mezclados con grasa animal, pueden haber sido utilizados para
proteger el cuerpo de los rayos del sol, es decir el primer protector
solar.
Algunos de estos primeros métodos de tratamiento de belleza se
remontan a la época de los egipcios. En particular puede observar que
los egipcios tenían su propia manera de usar los tratamientos para
embellecer su piel y la apariencia. Los egipcios también han dado el
crédito de ser el primero en desarrollar métodos de extracción de los
ingredientes importantes de los recursos naturales.
Es muy conocida la mítica belleza de las reinas del antiguo Egipto y cómo los egipcios embalsamaban a sus faraones.
Estos dos factores impulsaron un gran culto a la belleza y a la cosmética, principalmente en las cortes faraónicas.
Los ritos funerarios se caracterizaban no sólo por embalsamar los
cuerpos de los difuntos, sino también para depositar junto a ellos toda
clase de objetos, alimentos y materiales preciosos para que en la vida
futura disfrutasen de los bienes terrenales. Entre estos objetos se
encontraban peines de marfil, cremas, negro para ojos, polvo, etc.,
dentro de pequeños recipientes en los que estaban grabadas las
instrucciones para su uso.
El refinamiento de los cuidados estéticos era enorme. Fórmulas
secretas embellecían a las reinas de Egipto que, con mucha rapidez, eran
imitadas por sus cortesanas.
Los peinados, las pelucas, los baños de leche, las estilizadas
siluetas, todo formaba parte de una cultura en la que lo espiritual, el
arte, la religión y la ciencia tenían una importancia fundamental.
Ponían mucha atención al cabello, la piel y los ojos. El cabello se
teñía con henna, consiguiendo mil matices encarnados o bien se rasuraba
completamente para facilitar los continuos cambios de pelucas, sumamente
sofisticadas.
Con ungüentos, aceites y baños perfumados o de leche cuidaban de mantener una piel tersa y extremadamente suave.
Los ojos se remarcaban de negro, engrandeciendo y suavizando su forma natural.
El carmín de los labios, el blanco restar brillo a la cara, el
rojo-naranja para las mejillas, eran productos extraídos de las plantas y
arbustos.
Usaban antimonio para cambiar el color de los párpados de azul a verde, realzando así más las pestañas.
Las dos reinas Egipcias que resaltaban por su belleza y sus secretos de estética fueron Nefertiti y Cleopatra.
De Nefertiti se recuerda aún su estilizada silueta, a pesar de haber
tenido seis hijos, siendo ella quien extendió la moda del color verde en
los párpados. El hermoso busto de esta reina, esposa del faraón
Amenhotep IV se conserva en magnifico estado en un museo de Berlín.
De
Cleopatra se cuenta que fue la mujer que reunió más secretos sobre el
cuidado de su belleza; sus mascarillas, su maquillaje y sus baños de
leche pasaron a la historia.
Los aceites naturales o cosméticos con ingredientes naturales, no se
limita sólo a los egipcios. Tales elementos de belleza se observaron
también en Grecia y Roma.
Grecia fue la civilización de la belleza. Ha sido tal su influencia
en las culturas occidentales posteriores que su cultura y su arte han
configurado el llamado ideal clásico de belleza. Eran, en contraste con
los egipcios, todos los niveles de la sociedad compartían esta inquietud
por la estética. Hasta tal extremo llevaron este gusto por la belleza,
en uno de sus libros, Apolonio de Herófila explica que “en Atenas no
había mujeres viejas ni feas”.
De hecho, fueron los griegos quienes difundieron por Europa gran
cantidad de productos de belleza, de fórmulas de cosmética, así como el
culto al cuerpo y los baños; en resumen el concepto de la estética.
La mayor atención la presentaban al cuidado del cuerpo. Los cánones
de belleza griega no toleraban ni la grasa ni los senos voluminosos. Era
necesario cultivar el cuerpo para conseguir la perfección estética que
consistía en, además de tener senos pequeños y fuertes, poseer un cuello
fino y esbelto y los hombros proporcionados.
En los baños era donde este amor por el cuidado del cuerpo tenía
lugar. Precedían al baño diversos ejercicios físicos que preparaban el
cuerpo para recibir el baño, habitualmente realizado con agua fría.
También los masajes tenían un papel importante ya que, junto con el
baño y los ejercicios gimnásticos, lograban que en el cuerpo no hubiera
rastro alguno de grasa y que se mantuvieran la figura grácil y la piel
tersa.
La cosmética en Grecia, vivió un momento esplendoroso, sobre todo los
aceites. Éstos se extraían de flores y se empleaban además de en
estética, en los actos religiosos, deportivos y en la vida diaria.
Los aceites perfumados se aplicaban después de los baños o de los
masajes y se elaboraban de muchas flores distintas, de rosas, de
jazmines, tomillo, etc., y su fabricación se concentraba en Chipre,
Corinto y Rodas. El cabello se cuidaba con esmero y se elaboraban tintes
también con extractos naturales.
El maquillaje de las mujeres de Atenas se basaba en el color negro y
azul para los ojos; coloreaban sus mejillas con carmín y los labios y
las uñas se pintaban de único tono.
Se consideraba que el color de la piel de la cara debía ser pálido, ya que era reflejo inequívoco de pasión.
En el imperio romano la estética constituyó una auténtica obsesión.
Hombres y mujeres atesoraban fórmulas de cosméticos, se maquillaban,
peinaban y depilaban por igual.
Baños y masajes, vestidos y peinados o el cuidado del cuerpo no eran
exclusivos del sexo femenino, sino que todos los romanos querían
embellecerse y cuidarse.
Pero, contrariamente a Grecia, no existía un único ideal de belleza,
ya que las sucesivas conquistas del Imperio romano recogieron
influencias dispares de los pueblos dominados. Un ejemplo de ello lo
constituye la “locura” de las romanas por ser rubias. Sucedió a la
vuelta de la conquista por Julio César de los territorios germánicos.
Las esclavas que con él trajo sorprendieron por el color de su cabello y
de su cutis. Con gran velocidad circularon por Roma fórmulas y
ungüentos para cambiar el color, generalmente moreno, de la piel y el
cabello de las romanas.
En Egipto y en Grecia se inició la costumbre de tener esclavas
dedicadas exclusivamente al cultivo de la belleza de sus amas. Esta
costumbre se acentuó en la época romana y las esclavas se especializaron
en temas concretos: baños, maquillaje, tocados, etc. Sobresalen las
romanas por el especial cuidado que dedicaban a los tocados.
Sofisticados y barrocos hasta lo increíble, se hacían con materiales
considerados preciosos. Perlas, telas, flores, mallas bordadas, eran
manipuladas hasta conseguir el tocado más refinado.
La popularización del baño, llegó al extremo de edificar, en Roma,
los conocidos baños de Caracalla, con capacidad para mil seiscientos
bañistas, o los aún mayores baños termales de Diocleciano que podían
acoger simultáneamente a tres mil bañistas. Sólo en el siglo IV había en
Roma novecientos establecimientos de baños termales.
Sin embargo, hubo un período en el que fue considerado como el más
‘pálido’. Las mujeres entonces querían verse lo más femenino como sea
posible sin la aplicación de demasiado maquillaje. Las mujeres también
trataron de incluir formas naturales de la mejora de la piel mediante la
alteración de la dieta.
A veces, sólo un toque de colorete se utilizó en las mejillas de un
brillo natural. No fue menos la experimentación en materia de peinados.
Muchas señoras prefieren optar por sólo los medios naturales para lucir
bella. Sin embargo, había muchas mujeres que deseaban visitar salones de
belleza para mejorar su apariencia.
Tales mujeres preferían hacerlo a escondidas. Incluso hubo salones
de belleza que ofrecían servicios a domicilio, pero sólo en la puerta
de atrás. Ellos proporcionaban servicios o productos que se vendían a
las mujeres que no desean revelar que optaron por este método
Técnicas relacionadas con la peluquería se desarrollaron básicamente
en el Reino Unido. Aquí, las técnicas se utilizaron para rizar el pelo
con planchas. La forma básica del estilo de las ondas permanentes
también conocido como permanentes se introdujo. Antes de esto, las
mujeres estaban contentas con nudos simples y colas de caballo. Pero más
tarde, toda mujer desea tener una mirada encantadora, debido a las
personalidades muchas películas famosas de Hollywood. Fue entonces
cuando las técnicas de cuidado del cabello pasaron por muchos cambios en
niveles más avanzados en este sentido.
En China, las uñas se le da mucha importancia. Brillante y uñas
hermosas en rojo se considera ser una parte importante de la
personalidad general de una persona.
Hoy en día, hay escuelas específicas dedicadas a impartir
conocimientos en el campo de la cosmetología. Básicamente, los cursos de
cosmetología se centran en peluquería. Incluso se puede hacer una
especialización en cualquiera de las esferas de interés.
A partir de aquí, uno puede incluso abrir un salón de belleza. Así
vemos cómo la historia de la cosmetología revela la diferencia entre los
tratamientos seguidos en el período anterior y el tipo de avance visto
en los últimos tiempos.






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